Ante la crisis sanitaria y la deriva autoritaria del Estado – In the face of the health crisis and the State’s authoritarian drift
Original article in Spanish 3 April 2020, Federación Anarquista Ibérica: https://federacionanarquistaiberica.wordpress.com/2020/04/03/ante-la-crisis-sanitaria-y-la-deriva-autoritaria-del-estado/
Ante la crisis sanitaria y la deriva autoritaria del Estado
Desde principios de año en Europa y en otras partes del mundo nos enfrentamos a una aguda crisis social a causa del virus COVID-19 y la afección que provoca, la denominada “enfermedad por coronavirus”, como es conocida comúnmente.
En España, esta crisis se ha agudizado a causa de tantos años de privatizaciones y del desmantelamiento de la sanidad pública y de otros servicios esenciales de la mano de los partidos políticos que han estado en el poder tanto en el Estado central como en los distintos gobiernos regionales, legislando en favor de los intereses empresariales. Esto ha traído graves consecuencias a raíz de la crisis social en la que estamos inmersos: la falta de personal y de recursos para hacer frente con éxito a la pandemia. En todo este proceso de desmantelamiento existe una ideología neoliberal y, por tanto, clasista. Con el desmantelamiento de la sanidad pública se ha beneficiado a la sanidad privada, la que pone constantes pegas y reticencias a la hora de colaborar con recursos e infraestructuras en la gestión de la crisis. Desde algunos gobiernos, como el de la Comunidad de Madrid, se está llevando a cabo el cierre sistemático de diversos centros de atención primaria, dejando a miles de personas sin el acceso a la atención sanitaria más básica.
La falta de recursos y de dinero ha conseguido que prime una perspectiva clasista a la hora de administrar y hacer las pruebas pertinentes contra el virus. Así, mientras nos venden que tal o cual político o empresario tiene o no el virus, a los trabajadores se nos ha negado la posibilidad de conocer si estamos infectados o no. Hasta semanas después de la declaración del Estado de alarma por parte del Gobierno, en muchas empresas los trabajadores nos hemos encontrado con la falta de equipos de protección individual (EPIs), hacinamientos en los centros de trabajo y falta de planes en las empresas para garantizar la seguridad y la salud. Esto, por supuesto, tiene consecuencias. Los trabajadores y nuestros allegados somos los más vulnerables a la hora de enfrentarnos al virus. Esta vulnerabilidad aumenta: sin duda, cuanta mayor es la precariedad laboral, mayor es el riesgo de exclusión y mayor es la falta de recursos a la hora de enfrentarnos a la crisis social. La seguridad y la salud nuestras y de nuestros allegados no ha estado garantizada en ningún momento.
A nivel social, la falta de dispositivos sanitarios y de otro tipo de personal de emergencias ha llevado a la incapacidad del Estado de cubrir las necesidades de las personas. Esto ha supuesto el recorte drástico de derechos y libertades y se ha agudizado, más si cabe, el autoritarismo por parte de la maquinaría coercitiva del Estado (ejército y policía) y el ejercicio de la represión y el miedo. A través de la “Ley mordaza” se han impuesto en 12 días el triple de sanciones administrativas que las que se han impuesto en Italia en un mes. En internet hay multitud de vídeos y testimonios que documentan abusos de poder. Incluso algunos sectores dentro de la policía han denunciado el “macarrismo” y el descontrol que existe en su institución. Además, desde diversos medios de comunicación, se promueven y se normalizan los abusos de poder, el ejercicio de control social y el linchamiento vecinal en los barrios, siempre contra los colectivos más vulnerables. Esta normalización del autoritarismo y la coerción, los llamamientos de las instituciones a la unidad nacional, el lenguaje belicista, la exaltación nacionalista y la presencia y mediatización del ejército, tristemente nos acercan a ese oscuro pasado dictatorial reciente que parece que muchas personas se niegan a superar.
Esta crisis social sólo la podemos superar tejiendo y practicando redes de solidaridad y apoyo mutuo en nuestro día a día. Es algo intrínseco al ser humano la necesidad de asociarnos, tanto para apoyar a las personas que más lo necesitan como para defender nuestros intereses como trabajadores. Es necesario apoyar a la población más vulnerable, superando por diversas vías el sentimiento de soledad e incertidumbre que conlleva el confinamiento en nuestras casas, el aislamiento y el miedo. Apoyando a nuestros vecinos que más nos necesitan y a nuestros compañeros de trabajo, tanto en aquellas circunstancias en las que estemos obligados a ir a trabajar como fuera del ámbito laboral.
La organización entre iguales y la práctica de la solidaridad van a ser necesarias para combatir la crisis posterior que vendrá cuando se supere la pandemia. Sólo organizados podremos resistir la ofensiva de la patronal, para recortar derechos laborales con la excusa de paliar pérdidas económicas, y superar el miedo a los recortes de derechos y libertades por parte del Estado, para seguir consolidando su hegemonía.
Por la anarquía.
Federación Anarquista Ibérica (FAI)
In the face of the health crisis and the State’s authoritarian drift
Since the start of this present year, in Europe and several parts of the world, we face up to a deep social crisis because of COVID-19 virus and the affection that brings about, the common known as “coronavirus disease”.
In Spain this crisis has been made worse because so many years of privatizations and dismantle of the Public health and others essencial services by different politic parties in charge on Central gobernment and Regional gobernments, wich legislated in favour of the companies interests. This has bringed serious consecuences in this present social crisis: shortage of staff and resources to face up successfully to pandemic. In all this desmantle process exists a neo-liberal and, in consequence, classist ideology. With the Public health dismantle has been benefited private health, wich is constantly reluctant to collaborate with its resources and infrastructures in the crisis management. Several Governments, like it from Madrid Community, are clossing systematicly many Primary attention centers, leaving thousands of people without access to the more bassic health attention.
Lack of resources and money has given rise to a class perspective when it comes to administering and testing the virus. Thus, while they sell us that this or that politician or businessman has the virus or not, the workers have been denied the possibility of knowing if we are infected or not. Until weeks after the Government declared the State of alarm, in many companies, workers have encountered a lack of personal protective equipment (PPE), overcrowding in the workplace and lack of plans in the companies to guarantee safety and health. This, of course, has consequences. Workers and our loved ones are the most vulnerable when facing the virus. This vulnerability increases: without a doubt, the greater the job insecurity, the greater the risk of exclusion and the greater the lack of resources when facing the social crisis. The safety and health of us and our loved ones has not been guaranteed at any time.
At a social level, the lack of sanitary devices and other types of emergency personnel has led to the State’s inability to meet the needs of people. This has meant the drastic reduction of rights and freedoms and has further exacerbated authoritarianism by the state’s coercive machinery (army and police) and the exercise of repression and fear. Through the “Gag Law” (= “Ley mordaza”), triple administrative penalties have been imposed in 12 days than those imposed in Italy in one month. On the internet there are a multitude of videos and testimonies documenting abuses of power. Even some sectors within the police have denounced “thugness” and the lack of control that exists in their institution. In addition, from various media, abuse of power, the exercise of social control and neighborhood lynching in neighborhoods are promoted and normalized, always against the most vulnerable people. This normalization of authoritarianism and coercion, the institutions’ calls for national unity, the warmongering language, the nationalist exaltation and the presence and mediatization of the army, sadly bring us closer to that dark recent dictatorial past that many people seem to refuse to overcome.
We can only overcome this social crisis by weaving and practicing networks of solidarity and mutual support in our day to day. The need to associate is intrinsic to the human being, both to support the people who need it most and to defend our interests as workers. It is necessary to support the most vulnerable population, overcoming by various means the feeling of loneliness and uncertainty that comes with confinement in our homes, isolation and fear. Supporting our neighbors who need us most and our coworkers, both in those circumstances in which we are obliged to go to work and outside the workplace.
Organization between equals and the practice of solidarity will be necessary to combat the subsequent crisis that will come when the pandemic is overcome. Only organized can we resist the bosses’ offensive, to cut labor rights with the excuse of reducing economic losses, and overcome the fear of cuts in rights and freedoms by the State, to continue consolidating its hegemony.
For the anarchy.
Anarchist Iberian Federation (Federación Anarquista Ibérica, FAI)